miércoles, 16 de abril de 2008

Clase acerca del filósofo PEDRO LAIN

PEDRO LAIN
Nace en Urrea de Gaen (Teruel-Aragón) en 1908
Su padre era médico
Estudios preuniversitarios en Teruel, Zaragoza y en Pamplona.

Ciencias Químicas y Medicina en Valencia
Estudios de psiquiatría en Viena
Frecuentó las tertulias de filosofía y de literatura (Zubiri, Ortega, Valle Inclán)

Carecía de auténtica vocación clínica, le apasionaban los fundamentos, la filosofía, el concepto de la curación, hasta el punto de que uno de sus libros más amados era La curación por la palabra en la Antigüedad clásica (1958).

En 1938 fue designado jefe del Servicio Nacional de Propaganda, transformada luego en Editora Nacional.
Escribía en varias revistas y participó en la fundación de varias de ellas

Integró años después el denominado Grupo de Burgos (con intelectuales de la talla de Torrente Ballester, Antonio Tovar, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo, entre otros.
Rector de la Universidad de Madrid, durante el lustro 1951-1956


Fundador y director del Instituto «Arnau de Vilanova» del C.S.I.C., de Historia de la Medicina (1943).
Director de la Real Academia Española (cargo que ocupó entre 1982 y 1987)

Doctor honoris causa por las Universidades de Toulouse, San Marcos de Lima y Pontificia de Salamanca, y profesor honorario de la Universidad Nacional de Santiago de Chile

En 1989 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades

Obras
(Ver material)
Características

En primer lugar podemos decir que el sello de Laín es la metodología de análisis de los problemas abordados
«Hacer del conocimiento histórico presupuesto del conocimiento sistemático»

Por otro lado, es importante tener en cuenta el punto de partida de su pensamiento filosófico: el ser humano
Laín concibe al ser humano como un adolescente perpetuo, con la inquietud permanente, como viajero por la vida, quien «cree, espera y ama», que tiene fe, esperanza y amor (las tres virtudes teologales).

“La fe asegura a cada cual de la realidad del camino de la vida y de nuestra realidad mientras vamos caminando”.

“La esperanza nos da una razonable confianza en que nuestras metas se realizarán mediante el esfuerzo”.

“El amor nombra nuestra unión personal a una realidad superior y fundante cuyo bien buscamos a través de proyectos y actos”

“la necesidad de creer, esperar y amar pertenece constitutivamente […] a nuestro ser, «somos» nuestras creencias, nuestras esperanzas y nuestras dilecciones, y con ellas contamos, sabiéndolo o no, en la ejecución de cualquier de los actos de nuestro vivir personal, el acto de pensar, el de comer el de crear una obra exterior a nosotros”

Laín tiene la convicción de que el ser humano va referido siempre a un primer principio o realidad que él considera divina. Esta referencia existe mediante el creer, el esperar y el amar.

Divagar: Separarse de lo que se está tratando.

Vago: libre, indefinido, ocioso, evacuar, vacacionar (Vaccare)

Di: (dos) Moverse libremente con el pensamiento tratando varios temas.

Divagari-Extravagante

Temas tratados por Laín
Historia de la medicina
Antropología médica (o el conocimiento del hombre en cuanto sano, enfermable, enfermo, sanable y mortal)
Antropología filosófica (o el conocimiento del hombre en general)
Historia de la cultura española.
Periodos de su pensamiento
De 1935 a 1948 los actos y los pensamientos de Laín afirman la fe sobre todo.
Laín, conciliador siempre, quiere ser él mismo y, sin dejar de serlo, ser todo lo demás, entregarse a su circunstancia.

Entre 1948 y 1958, Laín se desespera ante la intolerancia del franquismo, y busca la esperanza en la soledad fértil de un intenso profesionalismo.

Pero su mezcla de desesperación y de esperanza da paso en 1958 a una tercera época, el del amor.
Esta madurez va marcada por una apertura a los placeres y a la creatividad de la amistad
1935 a 1948
En la revista Norma de 1935 (Universidad)
Antropología en la obra de fray Luis de Granada (1946)
Generación del 98 (1945)
1948-1958
La espera y la esperanza (1956)

“Vivir humanamente en este mundo es proyectar, proyectar es preguntar, y preguntar es querer ser algo de lo que uno puede ser”

La historia clínica II Vols.(1950)

“si enfermar es crear en algún sentido, entonces el clínico debe colaborar con el enfermo en la coautoría de la enfermedad, que culmina en su curación”.


los griegos derivan el pecado de la enfermedad; los semitas derivan la enfermedad del pecado; pero los cristianos deja la causa de la enfermedad abierta a la libre discusión, posibilitando la esperanzadora visión de ella como proyecto.

El verdadero católico, sostiene Laín, toma posesión del mundo para sacrificarlo, aun cuando el objeto sacrificado sea la enfermedad. Por eso, la óptima actitud del enfermo es la resignación, acompañada de la “oblación del inevitable dolor

Laín hace esta actitud de oblación del inevitable dolor coextensiva a su propio patriotismo.
En torno a 1950, pone sus esperanzas en cualquier democracia representativa que el régimen de Franco pudiera tolerar.
1858

La tercera etapa del pensamiento de Laín trata principalmente de la amistad o amor como hábito radical de la existencia humana.
Dos fases
- 1958-1986
- 1986-2001
Primera fase
Teoría y realidad del otro (1961)
La relación médico-enfermo (1964)
Sobre la amistad (1972)

El encuentro de un hombre con otro sirve como la base de la relación médico-enfermo, y genera todas las ideas de Laín sobre la amistad.

Para Laín, la amistad consiste en una relación amorosa entre dos personas basada en mutua benevolencia, «benedicencia», beneficencia y «benefidencia»; con otras palabras, buena voluntad, palabras animadoras, actos benéficos y confianza con confidencias o secretos contados entre ellas.

Laín sostiene que, como su «compañero de viaje», el médico tiene que participar a su modo en la enfermedad del paciente, y sólo entonces podrá orientarle hacia el futuro con la enfermedad a la vista.

Esta participación no se limita a la relación comparable a la de un chofer con su coche para hacerlo funcionar o mantenerlo en marcha. En cambio, el médico tiene que insertarse dentro del destino del sufriente, tiene que compartir el destino del enfermo y tiene que creer en este destino común.

Si el destino constituye un camino tomado por médico y enfermo, en este profundo sentido la vida humana se convierte en un viaje hacia una meta común, la curación del enfermo.

Cada cual, médico y enfermo, se afirma a sí mismo siendo el otro. Y sólo en este sentido habla Laín de la relación médico-enfermo como un «compañerismo de viaje».

Antes, vimos que la pretensión de «serlo todo», el ansia de integridad e infinitud, define para Laín el secreto de la vida, y explica porque el ser humano es, en su óptima forma, un adolescente eterno, una flexibilidad y disposición a ser lo otro.

Así el médico como amigo de su enfermo, y así el ser humano en general como amigo de su amigo.
Segunda Fase
Breve historia de la medicina de 1918 a 1973

Laín enumera los modos en que el cuerpo humano se integra en la vida de cada persona humana, ayudándole a hacer el viaje que es su vida.

- como un conjunto de instrumentos
- fuente de impulsos
- causa de sentimientos
- medio de expresión
- apariencia simbólica
- creador de mundos personales
- límite y peso


El cuerpo humano. Teoría actual (1986)
Un nuevo paradigma del cuerpo humano


De pronto, aparece en la calle una masa que avanza, que se vuelve persona, que se individúa, que mira, que sonríe al observador Laín Entralgo, le abraza y le exclama: «¡Cuánto tiempo sin verte! ¡Qué alegría haberte encontrado!»

El pensador anota los datos de la experiencia directa:
- el cuerpo que camina en el viaje que es la vida;
- un cuerpo genéricamente humano visto desde lejos,
- pero que poco a poco se hace personal e individual visto desde cerca

- la cara sonriente con ojos que brillan al conocer a Laín y con la boca que expresa reconocimiento y gozo;
-los movimientos convencionales de los brazos que se abren y se cierran en un abrazo fuerte, etc.

La comprensión de la psicología exige la transposición de Laín a la psique de su amigo. Laín en cierto sentido se identifica con el amigo. Sin dejar de ser él mismo, se transforma también en el otro.

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